Destinos, costumbres y festivales para conocer mejor la cultura francesa
El verano en Francia no es solo una estación del año: es una experiencia cultural llena de vida, tradiciones y movimiento. Para quienes aprenden el idioma y se interesan por la cultura francesa, conocer cómo viven los franceses esta temporada puede ayudar a comprender mejor sus costumbres, vocabulario cotidiano e incluso su estilo de vida.
En este artículo te invitamos a recorrer los principales destinos turísticos, costumbres veraniegas y festivales imperdibles que llenan de color los meses de julio y agosto en Francia.
Julio y agosto son los meses en que Francia prácticamente se detiene para disfrutar el verano. Muchas empresas cierran o reducen su ritmo de trabajo, las ciudades se vacían parcialmente y comienza la gran migración hacia el campo, la playa o la montaña.
Algunas características típicas del verano en Francia:
Vacaciones prolongadas: Los franceses suelen tomarse entre 2 y 4 semanas de vacaciones seguidas.
Cambio de ambiente: París, por ejemplo, se vacía de residentes y se llena de turistas, mientras que las costas y pueblos reciben miles de visitantes locales.
Vida al aire libre: Picnic, terrazas, festivales, playas… todo ocurre fuera de casa.
Cultura slow: Se prioriza la calidad de vida, el descanso y el tiempo en familia.
Los franceses tienen una gran diversidad de opciones para sus vacaciones. Estos son algunos de los destinos más populares:
1. La Côte d’Azur (Riviera Francesa)
Con ciudades como Nice, Cannes, Saint-Tropez o Antibes, esta zona es ideal para los amantes del mar y el lujo. Playas, sol, vida nocturna y arte la convierten en un clásico del verano francés.
2. El suroeste atlántico: Biarritz y la costa vasca
Destinos perfectos para surfistas, familias y quienes buscan una mezcla de cultura vasca y francesa. La gastronomía es un punto fuerte de esta región.
3. La Bretaña (Bretagne)
Con acantilados, pueblos pesqueros, playas salvajes y mucha historia celta, la Bretaña es ideal para quienes quieren escapar del calor y disfrutar de la naturaleza.
4. Los Alpes y los Pirineos
Sí, también se vacaciona en la montaña durante el verano. Senderismo, ciclismo y pueblos alpinos como Chamonix o Annecy son muy visitados.
5. La campiña francesa
Regiones como la Provenza, Dordogne, Alsacia o Normandía atraen por su arquitectura rural, viñedos, festivales y encanto tradicional. Muchos alquilan casas rurales o hacen turismo en bicicleta.
A solo dos horas en tren desde París, Deauville es uno de los destinos más populares entre los parisinos para escapadas de verano. Famosa por su playa amplia, su paseo marítimo con sombrillas de colores, su casino y su elegante arquitectura de estilo Belle Époque, Deauville combina glamour y tradición. También es sede de un festival de cine y atrae tanto a familias como a celebridades. Otros pueblos cercanos como Trouville-sur-Mer o Honfleur también son muy visitados por su encanto marítimo.
1. El arte del picnic
No hay verano sin un buen picnic francés. Quesos, pan, vino, frutas, y una manta en algún parque, campo o a orillas del río. Es una costumbre profundamente cultural que refleja el amor francés por la gastronomía compartida al aire libre.
2. Mercados y productos locales
Durante el verano, los mercados al aire libre florecen en todo el país. Los franceses disfrutan de comprar productos frescos, charlar con los productores y preparar comidas con ingredientes de temporada.
La gastronomía francesa también se adapta a la temporada, con platos más frescos, coloridos y fáciles de compartir. Estos son algunos de los favoritos del verano:
Además, el vino rosado bien frío, las limonadas caseras y el clásico “pastis” (bebida anisada típica del sur de Francia) suelen acompañar las comidas o los momentos de descanso en terrazas y jardines.
3. Lectura en vacaciones
Cada verano, las librerías publican listas de libros recomendados para leer en la playa o en la montaña. La lectura es considerada parte del descanso.
4. Turismo en familia
Viajar en familia es muy importante. Muchas actividades están pensadas para niños, y es común ver a varias generaciones compartiendo casa de vacaciones.
5. Paris Plage
Cada verano se habilita un área de muelle del río Sena (se coloca arena, chaises longues y parasoles para simular una playa) de manera que los habitantes de la ciudad puedan ir a tomar el sol, leer y descansar bajo el sol.
El verano en Francia es también una temporada cultural riquísima. Aquí algunos de los festivales más emblemáticos:
Festival de Avignon (teatro)
Uno de los eventos de artes escénicas más importantes del mundo. Se celebra en julio y convierte la ciudad en un gran escenario teatral.
Festival des Vieilles Charrues (música)
Se celebra en Bretaña y reúne a artistas de rock, pop, rap y música electrónica. Es uno de los festivales más grandes de Europa.
Festival de cine al aire libre en París (cine)
En el Parc de la Villette, se proyectan películas bajo las estrellas. Una experiencia mágica y gratuita.
Festivales regionales
Cada región celebra sus fiestas locales con música tradicional, bailes, competencias deportivas y mercados de noche. Es la mejor forma de conocer las tradiciones locales.
Conocer las costumbres veraniegas francesas es una forma excelente de:
Ampliar el vocabulario y expresiones del día a día (como faire du camping, bronzer, prendre des vacances, partir en colonie).
Comprender mejor el estilo de vida francés, su relación con el tiempo libre, la gastronomía y la cultura.
Prepararte para estudiar o viajar a Francia, ya sea para un curso intensivo de verano, un intercambio o unas vacaciones culturales.
Vivir el idioma más allá del aula: hablar de experiencias veraniegas es un tema frecuente en clases, exámenes y conversaciones cotidianas.
El verano en Francia es mucho más que sol y playa: es una oportunidad para descubrir lo más auténtico del país, conectarse con su cultura y practicar el idioma de forma real y divertida.
Si estás aprendiendo francés, sumérgete en estas costumbres, escucha música de verano en francés, mira películas ambientadas en estos lugares o practica cómo hablar de tus vacaciones. Y si estás pensando en estudiar el idioma más allá del aula, el IFL te ofrece experiencias que combinan lengua y cultura, los 12 meses del año.
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